Así de hermosa lucía Nuestra Bendita Madre en el día de la Solemne Función por los Dolores Gloriosos de la Virgen. Sobre un precioso y sencillo altar, vestida con la saya azul marina de la rosa, bordada en los talleres de Mendoza y Aguilar, y el manto burdeos realizado por las hermanas del taller de bordados con las caidas del antiguo palio.
La homilía corrió a cargo de nuestro párroco D. Pedro Arenal., quien versó sobre los Dolores de la Virgen simbolizados en espadas que atravesaron su pecho, y que aún hoy tienen su reflejo en la realidad del paro, de la enfermedad, la soledad y la marginación, haciendo hincapié en la obligación de los hermanos de la Hermandad en no pasar inadvertidos ante estas situaciones que son el dolor actual de la Madre.
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