miércoles, 11 de enero de 2012

DIPUTACION DE FORMACION: Quinario a Nuestro Padre Jesús de las Penas


PREDICA: Rvdo. P. Fray Pedro Fernández Alejo, O.SS.T., Párroco de San Ignacio de Loyola y Delegado Diocesano de Pastoral Penitenciaria.

PRIMER DIA: TEMA CENTRAL: Llamados para ser Buena noticia para los pobres desde la conversión y la superación del mal.

    La buena noticia desde la conversión y la aceptación del Evangelio
    La llamada de Cristo y el seguimiento
    Qué y como enseñaba Jesús
    Desde qué autoridad habla Jesús
    Enfrentamiento con el mal para vencerlo
    Donde descubrimos nosotros el mal: ¿sólo el mal moral?, ¿y el mal de la      injusticia?
    ¿Qué autoridad tiene hoy el creyente para que la gente vea y crea?
    ¿Qué autoridad tiene la Iglesia hoy en esta sociedad?


PROFETA PODEROSO EN OBRAS Y PALABRAS (Lc 24,19)
Hablaba Jesús y los ángeles callaban, pero cuando callaba Jesús los ángeles cantaban.

Hablaba Jesús y la tierra se estremecía, también el infierno, pero con alboroto grande.

Hablaba Jesús y los vientos y las tempestades se amasaban, también las fieras, sólo los endemoniados se ponían más furiosos.

La palabra de Jesús era suave y era fuerte, era aceite y era fuego, llegaba al corazón y curaba sus heridas, hablaba con pasión y llovía un fuego espiritual sobre la tierra (cf Lc 12,49).

La palabra era tierna con los niños, piadosa con los pobres, consoladora con los enfermos, gozosa con los que sufren, esperanzada con los tímidos, liberadora de los presos y cautivos, misericordiosa con los pecadores, seductora con los discípulos, encendida con sus oyentes y estremecida con el Padre.

Era fuerte con los poderosos, cegadora con los sabios, autoritaria con los demonios, vencedora con la muerte.

Bendecía a los pobres y quedaban consolados, bendecía a los niños y quedaban imantados, bendecía el pan y los peces y los multiplicaba, bendecía el pan y el vino y los sacramentalizaba.


¡Háblame Jesús!
Háblame con fuerza, que rompa tu palabra mi corazón.
Háblame con misericordia, que se esponje mi corazón.
Háblame con palabra luminosa, que ahuyente las tinieblas de mi corazón.
Háblame con palabra de fuego, que encienda mi corazón.
Háblame con palabra compasiva, que llore mi corazón.
Háblame con palabra gozosa, que desborde de alegría mi corazón.

DIPUTACION DE FORMACION

1 comentarios:

Francisco Espada dijo...

¡Qué gran predicador para el Quinario de Jesús de las Penas!
En fray Pedro he encontrado el tono conocido, la contundencia y claridad de su verbo fácil, la teología accesible a todos los niveles, su marcado signo trinitario...
Fue mi párroco en Madrid durante años, él bautizó a mis hijos y fue su profesor de religión en el colegio; ahora el tiempo nos hecho encontrarnos ante la mirada misericordiosa del Señor.
¡Un Quinario extraordinario!